De seguro, en algún momento de nuestra vida, hemos dicho o escuchado esta frase, pero ¿sabes realmente en que consiste el ser positivo?
Comencemos por aclarar que no tiene nada que ver con vivir en una burbuja, flotando en el espacio, negando nuestra realidad o fingiendo que todo está perfecto, ni mucho menos implica vivir en un estado de euforia y alegría perpetua. Nada más lejos de la realidad, ya que el ser de esta manera sólo nos haría construir un mundo de fantasía superfluo y trivial, en el que no podríamos fortalecernos ni recuperarnos ante las dificultades que la vida nos presenta
Ser positivo tiene que ver con esperar siempre el mejor resultado de las cosas. Eso sí, siendo conscientes de que puede ocurrir algo que consideremos malo pero sin que esa situación nos derribe o supere. Es apostar por lo mejor, pero siendo mentalmente fuertes y maduros para entender y aceptar que algo puede salir mal en el camino y que no por ello, debemos desanimarnos, culparnos o victimizarnos.
Una persona positiva se diferencia de una negativa por su actitud frente a la vida y sus circunstancias. Alguien positivo reconoce su potencial, Se valora, se acepta, ama, respeta y aprueba a sí misma con sus defectos y virtudes. Además reconoce sus errores sin criticarse ni juzgarse. Siempre apuesta por el mejor resultado y en caso de que las cosas salgan mal, no se desanima ni se frustra. Asumen su cuota de responsabilidad, aprenden de sus desaciertos y continúan su camino desde una óptica más amplia y con una mejor actitud y apertura hacia lo nuevo.
Mientras que para aquellas personas que piensan en negativo, no hay matices, ya que todo lo ven oscuro. Tienden a ser fatalistas en todas las situaciones. Hacen de una mala experiencia una profecía auto cumplida ya que generalizan y se adelantan a los acontecimientos, al pensar que como en alguna situación les fue mal, en todo lo demás van acorrer la misma suerte. Tienden a culpar a sí mismos o a otros de todo lo que les pasa y como comprenderán esta actitud es muy desgastante no sólo para ellos, sino para quienes se encuentran a su alrededor.
¿Cómo saber si estoy siendo positivo o negativo? y ¿Cómo practicar el pensamiento positivo?
En principio, te invito a que pienses en algún acontecimiento que te haya pasado recientemente y pregúntate ¿Qué esperé de esta situación? ¿En qué resultado me enfoqué? ¿Cómo me sentí ante el resultado que obtuve? Anota tus respuestas y repásalas, será muy esclarecedor para ti.
Luego proponte tener una actitud positiva ante una actividad nueva, bien sea atender el teléfono, tomar el autobús, preparar alguna comida, dar inicio a tu jornada laboral, decidir qué camino seguir etc. piensa en el mejor resultado posible de esa situación, Y una vez que lo identifiques, decláralo en voz alta o mentalmente de la siguiente manera: mi intención es tal o cual cosa. Te doy un ejemplo: vas a reunirte con tu jefe y tu intención es que te dé permiso para irte más temprano porque tiene que cumplir con un compromiso familiar. Pues al estar a punto de dar inicio a la reunión, te tomas unos segundos, declaras tu intención y lo sueltas. Al hacer esto estarás combinando el pensamiento positivo con tu intención, lo cual es una herramienta sumamente poderosa, porque eleva nuestra vibración y nos conecta con la magia de la creación consiente. Puede que el primer día que lo hagas no obtengas resultados, pero una vez que lo sigas practicando así como te lo estoy diciendo, notarás cambios favorables en tu vida. Es cuestión de ser constantes y hacer del pensamiento positivo un hábito ¡Practica y luego me cuentas!
Lucía sandia.
Coach ontológico profesional y ejecutivo, Trainer CRP. Abogada especialista en el área Mercantil,
e-mail: sandialucia@gmail.com
Twitter: @luciasandia26
Comentarios recientes